Allá para el año 1940 un matrimonio; a quienes cariñosamente siempre se les conoció como Leonardo Castro (Don Lolo) y María Cristina Montañez (Doña Katin), acompañados de un grupito de empleados de su taller de costura, celebraban cultos al aire libre en diferentes sitios del pueblo de Bayamón.
Don Lolo quien conoció al Señor y perseveraba en la Iglesia Discípulos de Cristo de La calle Comerio en Bayamón, un buen día mientras daba lectura a un libro que le hablaba sobre el avivamiento ocurrido en la calle Fulton de Nueva York despertó en su espíritu un intenso deseo de buscar a Dios. Quiso probar y se puso de acuerdo con dos hermanas de la iglesia y juntos empezaron a orar y a pedir a Dios que enviara un avivamiento. , cuanto mas oraban mas y mas intenso se hacia el deseo de continuar buscando de Dios. De las reuniones de oración al mediodía pasaron a vigilias en la noche. Dios oyó aquella oración y no tardo en contestarla derramando el poderoso avivamiento del año 1933, muy conocido dentro del pueblo evangélico de Puerto Rico
Durante uno de esos recorridos se encontraron y nació una profunda amistad con los Defensores de la Fe de Rio Piedras, quienes también recorrían estos lugares repartiendo tratados, cantando coritos e invitando a las almas a recibir al Señor.
Ya amistados decidieron unirse a ellos y formar parte del Movimiento Defensores de la Fe de Puerto Rico, y como tal levantaron casa en la Barriada Vista Alegre y Braulio Dueño, en numero 129 de la calle Dr. Hiram González, mejor conocida como la calle Comerio de Bayamón, construyeron el templo Defensores de la Fe, el cual abrió sus puertas el 29 de Diciembre de 1949, en el cual fueron pastores durante muchos años.
Fue en este lugar donde el hoy Pastor Benjamín Rodríguez y su esposa Eva Marcial, crecieron y se desarrollaron en gracia forjando en ellos un nuevo ministerio el cual cumplen hoy en día para la gloria de Dios al igual que otros grandes lideres ministeriales como el Pastor Rafael Torres Ortega de la Iglesia de Jesucristo El Caballero de la Cruz.
Desde el año 1940 hasta la hora de su muerte se dedico a predicar el evangelio sin descanso, junto su amada compañera, doña Katin Montañez de Castro. El templo vino a ser refugio de muchos y hogar para todos: centro de aterrizaje espiritual para todo aquel que llegaba cargado, cansado y abatido, sin Dios, sin fe y sin esperanza; Faro de Luz para alumbrar el camino al que andaba en las tinieblas del pecado.
Hoy Don Lolo Castro vive con su Señor en las mansiones celestiales, pero la obra que junto a su amada Katin realizo en beneficio de su comunidad, lo inmortaliza en el recuerdo de su pueblo.
He ahí un gran patriarca que defendió su fe por cerca de medio siglo, siendo fiel hasta la muerte, por lo que Dios le premio con la corona de la vida.